9 de diciembre de 2008

No esperamos el milagro

Si algo nos enseñó la era Ramón (gracias Ramón) Cabrero, es que los milagros no son obra de la mano divina, ni de la suerte, la serendipia o la casualidad, el 2/12 hizo un año que cumplimos un sueño, y el sueño de los que ya no están con nosotros, con esfuerzo, con tesonería, con voluntad, con convicción, con fútbol, no fue fruto de la suerte, ni del destino, no pasó porque tenía que pasar, pasó porque estábamos ahí, jugando los partidos, alentando de cerca y de lejos, corriendo cada pelota, pidiendo cada lateral, juntándonos a las dos de la madrugada para verlo por internet, todo entrecortado, escuchándolo por radio para no romper la cábala. Pasó porque Ramón, estaba ahí serenando la manada, acomodándose la peluca blanca, forjándonos grandeza. No por casualidad.

el 2/12 hizo un año de que empezamos otro capítulo en nuestra historia granate, un capítulo donde todos somos un poco protagonistas.

el domingo se puede volver a escribir con letras grandes el nombre de Lanús en la historia del fútbol, las condiciones cambiaron y mucho y la situación es mucho más dificil, ya no dependemos de nostros mismo pero el legado de Ramón parece permanecer intacto. no dependemos la suerte, dependemos del fútbol, del deporte más grande del mundo. No nos encomendamos a San Expedito, ni rezamos al virgen, solamente nos juntamos a ver y a gritar, y a esperar y a hacer fuerza, a pedir cada lateral, a trabar cada pelota, a implorar al satélite porque la señal llegue limpia, a repetir cada cábala, por la dudas, aunque ya lo sabemos, ya nos lo explicó, el gran Ramon (gracias Ramón) Cabrero, las cosas pasan por que uno hacen que pasen, por eso volvemos a estar otra vez ahí, expectantes, por eso nos volvemos a juntar delante de la pantalla del bar de l'Ateneu, toda penya, para que la fiuerza llegue hasta la fortaleza y hasta todas la pelotas que tiene que entrar el domingo para que el grana vuelva a estar otra vez en lo más alto del futbol argentino.