esperas

esperamos los octavos de la libertadores, todavía no hay rival, pero sí mucha ilusión. esperamos el cumpleaños de la penya, el asado correspondiente y la tarde entre amigos granates, esperamos las propuestas para el logo de la penya, ya hay opciones... esperamos revivir los festejos y los abrazos, las noches largas, las birras y los gritos apagados al cielo silencioso en sant feliu. mientras nos distraemos con el campeonato local (poco afortunado por ahora), con la suerte de los lesionados y el diseños de los nuevos carnets. mientras, organizamos más cenas y esperamos más viajes, si hay final de copa, habrá más de un representante granate, lo presentimos...

ausencia inesperada

creen los objetores de lo espontáneo que estas situaciones se dan porque muchos factores externos empujan, silenciosa y causalmente, para que, siguendo las líneas del destino, se fuercen y salgan a la luz, mas allá del esfuerzo que haga la gente o de las casualidades, energías y rezos desesperados. Está gente, tambíen cree, detractores de la suerte, que la voluntad no mueve montañas, que esos atributos son propios de la erosión o de las fallas geológicas; que los extraterrrestres no nos vigilan desde el espacio exterior y que si se cae un árbol en el bosque donde nadie puede oirlo, no hace ruido alguno. Algún calumniador de fantasías, embustero de realidades irrefutables, creía que la penya granate de barcelona, era un ente que sólo exitía por el campeonato logrado por el glorioso club del sur de buenos aires y que ahora por un poco de silencio había vendido nuestra fortuna al olvido, y así lo hizo saber en un mensaje dejado de forma anónima en nuestro e-mail (menos elegante y decorado que este consecuente post) creemos y no estaremos muy alejados de la verdad que muchos otros vindicadores de la patraña piensan lo mismo, "alla ellos" diría un filósofo.
La gente vinculada a la penya, sabe cuanto seguimos de vivos en estos tiempos, y de nuestras actividades (torneos de futbol, decoroso tercer puesto; oficialización de la penya de cara al club, con toda la burocrática ida y vuelta de papeleo; reuniones para seguir la libertadores y el menos orgulloso torneo local; inscripción de nuevos socios; etc) en esta ausencia, entre tanto silencio inesperado también tuvimos una breve recompensa del destino, fue durante la previa al partidazo con estudiantes, mientras limpiábamos el bar para dejarlo listo para ver el encuentro, a esas horas (doce y media de la noche, acá en barcelona) en que sólo anda por la calle la gente con un objetivo importante o los borrachos examinadores de caminos de regreso o de paciencia en otro bares; en esa situación vimos asomarse por la ventana del bar a un sospechoso desconocido de sobriedad indefinida, al acercarme para indagar el motivo de su insistente asomo, reconozco debajo de su chaqueta (campera, en otras tierras) la camiseta del grana campeón del apertura, esa firmada por los jugadores, la del partido de festejo por el campeonato. Era un hincha del grana perdido por estas tierras, buscando la penya granate, la silenciosa pero insistente penya granate, era otro corazón granate que se sumó a la penya, a esa penya a la que timadores de la pasión catalogaron de fugaz y oportunista, a esta penya que no habla, pero que no para y que no se resigna y que sigue creciendo y tapando bocas (llenando boca también) y que el próximo mes festejará su tercer año, pronto haremos correr las invitaciones.
Los invocadores del silencio, que callen que en definitiva es para lo que hablan
salud pueblo granate
un abrazo gigante y hasta la pròxima